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Las Cocinas Solares, presente y pasado de un gran invento.

 

La cocina solar es un artefacto simple que ya ha sido probado con excelentes resultados. Es, en la actualidad, la forma más sencilla de cocinar alimentos a baja escala de manera ecológica y económica.

 

Cuando un objeto puede contribuir en la lucha contra problemas tales como el hambre mundial, la salud, la deforestación y la crisis energética, debemos promover su estudio y difundir su existencia.

Las cocinas solares son artefactos que permiten cocinar alimentos usando el sol como fuente de energía. El efecto invernadero, la conducción, la convección, el color negro y el uso de materiales aislantes adecuados nos permiten diseñar sistemas al alcance de la mayoría de las personas.
 

Una necesidad: en la mayoría de los países de bajos recursos, el 85% de la energía generada se emplea para cocinar. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, cerca de 1.500 millones de personas no disponen del combustible necesario para la cocción de sus los alimentos.

 

Una solución al alcance de todos: en la búsqueda de alternativas, las cocinas solares se presentan como una opción más que interesante. La única razón por las que estas no son usadas masivamente es simplemente porque las personas no conocen la posibilidad de cocinar con el sol.

 

A causa de una excesiva publicación de los defectos de estos mecanismos y de sus desventajas, en algunos proyectos de desarrollo de los años 60, muchos aun creían que la cocina solar no era factible; sin embargo hoy existen proyectos que se han extendido sin problemas y funcionan a la perfección.

 

La cocina solar es un artefacto simple que ya ha sido probado con excelentes resultados. Es, en la actualidad, la forma más sencilla de cocinar alimentos a baja escala de manera ecológica y económica.

 

Cuando un artefacto puede contribuir en la lucha contra problemas tales como el hambre mundial, la salud, la deforestación y la crisis energética, debemos promover su estudio y difundir su existencia.

 

Antecedentes Historicos.

 

La historia de la cocina solar va de la mano con la historia de la cocina en la humanidad. Es importante entender que cocinar es una actividad no menor, que a través del tiempo ha ido evolucionando y mejorando nuestra capacidad de alimentarnos.

 

Todo comienza con el fuego, lo que disparó la carrera culinaria y que dio origen a los primeros cocineros. El hombre pudo utilizar el fuego y asar sus alimentos hace unos quinientos mil años, siendo aún un "homo erectus pekinensis".

 

Más cercana en el tiempo, la revolución neolítica (hace 10.000 años) produjo uno de los artes más antiguos de la humanidad: la alfarería. A partir de ella el hombre pudo confeccionar recipientes que podían ser del tamaño y forma que se deseara. De esta manera se contó con cacharros que contenían los líquidos y facilitaban la labor de hervir los alimentos.

 

Para llegar a otro gran aporte tenemos que hacer un salto en el tiempo hasta la etapa donde el hombre descubre el uso de los metales (hace 3500 años) lo cual le permitió crear y obtener un mayor número de utensilios.

 

En todo este período la leña fue el combustible más usado. En la Edad Media era muy popular un asador giratorio. Este aparato fue perfeccionado en el 1400 por Leonardo Da Vinci, y funcionaba con el aire caliente que ascendía por la chimenea.

 

En 1679 el físico y matemático anglo-francés Denis Papin presenta en sociedad su invento precursor de la olla a presión. En aquel momento no tuvo éxito debido a aspectos relacionados con la tecnología y la seguridad.

 

...Y luego fue el sol. Siguiendo esta sinuosa línea del tiempo, en el año 1767 el franco suizo Horace de Saussure realizó los primeros experimentos con hornos solares de tipo caja para preparación de alimentos.

 

La máxima temperatura lograda fue de 88º C y de acuerdo a sus anotaciones, cuando se le incorporó una superficie negra dentro de la caja, alcanzó los 160º C.

 

Saussere predijo que "algún día este ingenio, que actualmente es pequeño, barato y fácil de fabricar, puede ser de gran utilidad". Este científico fue un visionario, a pesar de que sus experimentos quedaron en el olvido por un largo tiempo. A principios del siglo XX las técnicas para cocinar se basaron en asar, cocer y freír, y la leña continuaba siendo la fuente de energía más utilizada.

 

En el año 1810 Napoleón estaba preocupado por alimentar a sus tropas con un sistema de alimentos en conserva. El cocinero Nicholas Appert hizo unas modificaciones a la llamada “olla de Papin” y obtuvo un sistema para cocinar, esterilizar y embotellar alimentos.

 

El sol además de darnos la energía necesaria para producir alimentos, nos daba la energía para cocinarlos.

Fue Auguste Mouchot quien diseñó cocinas solares portátiles para el ejército francés. Utilizando cocinas de concentración del tipo parabólico cilíndrico cocinó legumbres con carne de buey.

 

También el astrónomo inglés John Herschel utilizó una  cocina solar en su expedición a Sudáfrica en 1830. Por otro lado, existen referencias de un restaurante chino que por esa época servía comida cocinada con el sol.

 

A partir de mediados del siglo XX, otras fuentes energéticas como el petróleo, el gas natural y la electricidad fueron adoptadas de manera acelerada y masiva gracias al desarrollo de nuevos electrodomésticos que buscaban disminuir el trabajo y el tiempo dedicado a las tareas de cocina. En éste contexto, en 1967 salió a relucir el horno de microondas, invento del Ingeniero físico norteamericano Percy Spencer; y las ollas a presión (legado de Papin) se hacen más completas y rápidas.

 

Es importante destacar que también a mediados de los años cincuenta y, en especial, a partir de los años setenta con la crisis energética, el desarrollo de la cocina solar se incrementa.

 

En Latinoamérica se registran los primeros experimentos con cocción solar en 1940. La Dra. María Telkes realizó un gran aporte diseñando innovadores modelos para hornos solares entre 1950 y 1970, los cuales inspiraron a decenas de investigadores en todo el mundo.

 

En 1960, un estudio de las Naciones Unidas llega a la siguiente conclusión: "las cocinas solares son un instrumento idóneo y solamente es necesario un poco de voluntad y una cierta adaptación de las costumbres para poder iniciar su utilización a gran escala" (citado por "Cocinas solares. Manual de uso y construcción Censolar. España, 1994)

 

Ya en 1987 se crea la Solar Box Cookers International, una de las ONGs pioneras, que en el año 1992

organizó la Primera Conferencia Mundial sobre la Cocina Solar, reuniendo a investigadores de 18 países.

 

Puntualmente en 1994, Solar Cookers reúne a la mayoría de los grupos y agentes de difusión social de la tecnología en Guatemala, y allí el grupo latinoamericano acuerda formar RECOSOL: la Red Latinoamericana de Cocinas y Hornos Solares, con más de 16 participantes de toda América.

 

En el 2000 la "Red Iberoamericana de Cocción Solar de Alimentos" (RICSA) sistematizó el trabajo científico académico realizado en cocinas solares. Esto permitió fijar estándares de evaluación y medición, acordar metodologías de trabajo y compartir ideas en torno al mejoramiento de las tecnologías disponibles.

 

Ya en el siglo XXI, la mayoría de las innovaciones modernas en esta área se ven cuestionadas en su sostenibilidad. Como contrapartida, la visión y el trabajo de muchos pioneros nos permite acceder a una alternativa tecnológica viable ecológicamente y que está a disposición de quien quiera conectarse al sol.

© 2014 by Luis Gonzalez, Paola Freytes, Lucas Garrera Hirigoyen, Lucila Garcia, Matías King

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